Dictuc / Artículos / Noticias / Parques Nacionales y capital natural: invertir en resiliencia

Este domingo 24 de agosto se celebra el Día Internacional de los Parques Nacionales, por eso compartimos la columna de María Fernanda Arellano, Ingeniera de la unidad GreenLab de Dictuc.

Cada 24 de agosto celebramos el Día Internacional de los Parques Nacionales, recordando que estos territorios protegidos son mucho más que postales. Son la base de nuestra biodiversidad, regulan el clima, purifican el agua, almacenan carbono y nos ofrecen espacios de recreación y bienestar. 

En Chile, el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas abarca más de 18 millones de hectáreas, equivalentes a más del 21% del país, protegiendo hábitats únicos y especies que no existen en ningún otro lugar del planeta. 

En GreenLab, unidad de Dictuc, trabajamos para que el valor de estos beneficios sea reconocido y considerado en la toma de decisiones. A través de nuestros proyectos de valoración económica de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, traducimos lo que antes parecía intangible en cifras concretas: cuánto vale el agua que consumimos, el carbono que capturan los ecosistemas, la protección frente a desastres naturales que ofrecen los bosques o la polinización que sustenta la producción de alimentos.  

Esta información no solo contribuye a priorizar la conservación, sino que también entrega argumentos sólidos para el diseño de políticas públicas, decisiones de inversión y estrategias empresariales. Además, impulsamos evaluaciones de co-beneficios ambientales y sociales, apoyamos la integración del capital natural en la planificación y promovemos herramientas que permiten visualizar cómo la naturaleza impacta directamente en la economía y en la calidad de vida. 

En este escenario, marcos internacionales como el TNFD (Taskforce on Nature-related Financial Disclosures) cobran cada vez más relevancia. Su propósito es que las empresas identifiquen, evalúen y divulguen sus riesgos, dependencias e impactos asociados a la naturaleza, tal como lo ha hecho el TCFD en materia de cambio climático. Su implementación abre la posibilidad de que la biodiversidad y los servicios ecosistémicos —como los que proveen nuestros parques nacionales— ocupen un lugar central en la estrategia corporativa y en la gestión financiera. 

Aunque en Chile su aplicación recién comienza, el TNFD representa una gran oportunidad para que organizaciones de todos los sectores comprendan que invertir en conservar la naturaleza es invertir en la resiliencia de sus propios negocios. 

Proteger los parques nacionales no es solo un compromiso ambiental: es una inversión en nuestra seguridad hídrica, en la salud de las personas y en el bienestar de las generaciones presentes y futuras. En este día, reafirmemos la importancia de conservarlos y gestionarlos con una visión que combine ciencia, economía y compromiso social.