En un año especialmente cargado de procesos electorales es muy importante considerar el impacto ambiental que pueden tener las campañas que realizarán los candidatos, dependiendo de la huella de carbono que dejen.
Cada una de las acciones que realizamos produce una emisión de gases de efecto invernadero. Esta emisión puede ser directa o indirecta, pero siempre tiene un impacto en el medio ambiente.
Es por esta razón que en un año que contará con elecciones de concejales, constituyentes, alcaldes, gobernadores, CORE, diputados, senadores y Presidente de la República, es muy importante considerar el impacto que tendrán las campañas que realicen cada uno de los candidatos.
En este punto es probable que surjan interrogantes relacionadas a cuáles podrían ser las fuentes de emisión que genera una campaña electoral. La respuesta es que son múltiples y se pueden agrupar en 5 categorías:
- Propaganda en terreno y entrega de productos: emisiones principalmente de los procesos de extracción y procesamiento de materiales para el desarrollo de los diferentes elementos de propaganda, como palomas, pendones, volantes, carteles, artículos textiles, entre otros
- Propaganda en medios de comunicación y redes sociales: emisiones asociada a la generación de energía para la emisión y recepción de mensajes en campañas comunicacionales en radio, prensa escrita, publicaciones digitales y/o redes sociales.
- Sedes: principalmente emisiones asociadas al consumo de electricidad, combustibles y agua en las sedes de las diferentes campañas.
- Transporte: consumo de combustible en el transporte asociados a la campaña.
- Otras actividades: las campañas electorales son diversas entre ellas y existe una serie de otras actividades tales como encuestas, consultorías, arriendo de servicios y servicios profesionales que también pueden tener emisiones.
Tomar conciencia es el primer paso para así planificar una campaña de bajo impacto ambiental, luego viene lo realmente decisivo: Es el turno primero de los candidatos, de tomar responsabilidad de su huella medioambiental como potenciales representantes políticos; y también de los votantes, de informarse y exigir esta responsabilidad ambiental.
Para apoyar este proceso, GreenLab, la unidad dedicada a la Gestión y Política Ambiental de Dictuc, desarrolló la “Guía para el desarrollo de campañas electorales bajas en carbono”, un esfuerzo en curso donde se presentan los alcances, objetivos y consideraciones que debiera tener una campaña baja en carbono y se entregan herramientas para su diseño e implementación. Además, puedes descargar la herramienta para calcular las emisiones.
El trabajo se desarrolló de forma independiente, sin fines políticos más allá de incorporar el cambio climático y su mitigación en las diferentes campañas. El equipo no contó con ningún tipo de financiamiento externo para el desarrollo del documento, sin perjuicio de que sí se reunió con diferentes actores de las campañas políticas para recolectar insumos respecto a las principales actividades asociadas.